No hay mejor inversión que la de crear y plasmar en un sencillo cartón blanco, pensamientos profundos y sentidos a través de sombras y de trazadas líneas grises; porque en ellos reflejo algo de mi interior y hago palpable mi imaginación y mi gusto por la belleza natural de la vida. Soy Jhonier Andrés Salazar Aguirre, hijo de Ricardo Antonio Salazar Sánchez e Inés Margoth Aguirre Vásquez; seres humanos maravillosos que Dios, el artista mayor, ha creado; para que con su ejemplo y apoyo hagan de mí lo que soy ahora.
Nací en la vecina ciudad de Cartago el 14 de marzo de 1989 y fui criado y educado en el municipio de Ansermanuevo Valle, tierra que quiero y llevo en el corazón. Nací con síndrome de morkio, que aunque no me permite crecer físicamente, no me impide el poder de soñar, pensar y expresar lo que siento, y esto me hace sentir más que privilegiado. Dios ha sido grande conmigo; los dones que me ha obsequiado me hacen sentir como un gigante y me hacen actuar como un valiente; con su ayuda, mi confianza y el apoyo de mis padres y amigos, he podido realizar mis estudios de básica primaria y bachillerato en el colegio Santa Ana de los Caballeros. En ese transcurso de mi vida pude explorar mis habilidades y gran gusto por el dibujo , los sistemas de computadora y mi gran pasión por el canto.
Respecto al dibujo, lo he practicado desde mis 7 años de edad, este empezó a ser para mí uno de mis mejores pasatiempos, mi preferencia ha sido realizarlo a lápiz y jugar con la combinación de sombras. Hacia mis catorce años, empecé a pulir técnicas de sombras y luces sobre las imágenes, gracias a las clases que recibía en el colegio, nunca asistí a un taller extras de dibujo pero dedicaba mi tiempo en el, tratando de darle vida a cuanta cosa observaba o cuanta historia mitológica escuchaba.
Hoy en día sigo practicando el dibujo y es para mí una actividad más de mi vida, tan importante como respirar y darle gracias a Dios por tan grandes bendiciones.
He querido compartir con ustedes algo de mi historia, ahora comparto algo de mis obras, no tan maestras como las de Dios, pero si tan importantes como mis manos; en ellas reflejo mi gusto por los paisajes, los animales, bodegones, las formas humanas y la belleza de los desnudos, representados sobre un sencillo cartón paja y hechos a base de lápiz carboncillo y carboncillo en barra en donde he puesto mi mayor esfuerzo y toda mi dedicación, buscando varios objetivos: Su criterio, su atención,
su apoyo, su apreciación, su adquisición económica y detrás de todo esto darles un sincero mensaje: Es posible todo aquello que parezca ser inalcanzable; porque no hay peor discapacidad que la de no poder soñar, no poder amar y no buscar superar lo que nos parece limitar y nos aleja de triunfar. Sueño con mejorar mis técnicas de dibujo, llenar mi casa y sus casas con mis creaciones y emprender mi carrera musical, para deleitar al pueblo con mis canciones y alcanzar así la mayor de mis ilusiones. Quiere usted hacerse partícipe de mis aspiraciones?